sábado, 4 de julio de 2009

EL POETA RECIBIO LOS LATIGAZOS DEL AMOR

Ella dijo "eres lo mejor que me ha pasado, no importa que esto acabe mañana ni cómo acabe", es claro que vivía el entusiasmo del amor.
Pero la vida continúa y el amor entra en la recta de la sinceridad y la realidad.
Cuando esto ocurre hay que preparar el alma, el cuerpo y los bolsillos.
Cuesta mantener el amor, es fácil iniciar y llevar un amor a la cumbre del romanticismo y la entrega; ahora mantenerlo en lo alto, es el reto, es lo difícil.
Entonces un día ella dijo "eres un estúpido, no haces más que entorpecer mi vida, no aportas nada; mi familia no te importa, he perdido mi tiempo contigo, sal de mi camino".
El tuvo paciencia y no respondió los insultos, pero sabiendo que la vida amorosa es azarosa por momentos.
Solo la poesía no basta, tampoco la cartera, solo la cama y el mueble tampoco bastan.

Es necesario una dosis adecuada de todas estas cosas.
A veces no importa los cuidados a la prole en ejemplos, educación y consejos, que es esencial, pero no siempre se tiene la madurez para entender el justo valor de esas cosas cotidianas, pero ausentes en la generalidad de las relaciones.

Ella no acepta dar explicaciones de llamadas a horas inusuales y de conversaciones en tonos invitacionales y de aceptación de insinuaciones, entonces pregunta "cuánto diste para comprar el celular, yo lo compré con mis cuartos, así que no me jodas"...
Es cuando el infeliz poeta de pueblo se da cuenta que sus minutos están contados y que ya está fuera del juego.
El amor ha cambiado de estación.

Otro sonido marca el destino de la vida, la manecilla del reloj sigue con su tic tac, el río sigue rumbo al mar y el poeta vuelve a la poesía.