lunes, 28 de septiembre de 2009

JUAN BOSCH: PRESIDENTE EN LA FRONTERA IMPERIAL


Anoche tuve el privilegio de asistir a la presentación en el Parque Independencia del documental Juan Bosch: Presidente en la Frontera Imperial, del cineasta dominicano René Fortunato y ciertamente hay que verlo y aún cuando no fuera la intención de su autor, el mismo constituye una bofetada política, ética y moral a los actuales funcionarios públicos, pero particularmente al presidente de la República, señor Leonel Fernández.

El documental recoge la eticidad del profesor Bosch y la conducta intachable del líder político.

Es un testimonio de una vida ejemplar, de un presidente que sabía lo que tenía que hacer y que comprendía los riesgos de su actuación, pero firme en sus principios prefirió correr los mismos y exponerse a perder el poder político ante que abandonar la verticalidad de su moral hostosiana.

Advirtió todo cuanto podía pasar, incluida la guerra de abril, pues sabía que los militares honestos y patriotas responderían a los desafueros que gorilas preparaban.

Juan Bosch impulsó una constitución democrática porque fue un firme abanderado de la democracia, llegando a proponer y aprobar la no reelección presidencial, caso único en el continente. Y desde el poder dio ejemplo de honestidad vertical, llevando a la justicia a un amigo de 15 años que intentó traficar con influencia.

Dijo que podían derrocar el gobierno, pero que debían recordarlo como hombre honesto.

Juan Bosch es un hombre para todos los tiempos. Aunque una parte de sus díscipulos constituyen una verguenza moral y ética, eso no desdice del Maestro. Don Juan está por encima de la podredumbre que se adueñó del Palacio para hacer negocios y permitir todas las prácticas inmorales.

René Fortunato ha hecho un gran aporte al país, no solo para rescatar la memoria histórica sino también el sentido ético, pues el país debe reandar sus caminos políticos porque de lo contrario se hunde la nación. Y es claro, que "ni el país puede hundirse ni la nación disolverse" .

El país debe ver este interesante documental, pues nos ayudará a comprender el discurso de los políticos y la necesidad de retomar el pensamiento de Juan Pablo Duarte para reencausar los destinos patrios; y uno de los aciertos políticos de Don Juan fue hilvanar un discurso y una práctica política a partir de las enseñanzas del Apóstol.

Hoy debemos revisar en la izquierda democrática nuestros símbolos y el propio discurso para atraer a los diferentes sectores de la vida nacional hastiados de la politiquería vergonzante y de la corrupción. Un mejor país es posible.