martes, 22 de febrero de 2011

Ideario de Fe en Juan Pablo Duarte



Por Alfonso Torres Ulloa

Conocemos que Duarte fue un hombre de fe, pero no hemos ahondado en ese pensamiento; en mi libro Duarte desde La Palabra abordo el tema a profundidad y ordené todo el ideario de Fe del patricio, por lo que ahora se lo entrego a los amables lectores para que hagan por si mismos el análisis de tan trascendental ideario.
Y quienes tenga el interés de ahondar en el mismo los invito a consultar mi libro "DUARTE DESDE LA PALABRA"
1.- En el nombre de la Santísima, Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente, juro y prometo, por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente señor Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes habidos y por haber, a la Separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una República libre y soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor, en cuartos encarnados y azules, atravesado con una cruz blanca; la República establecerá su correspondiente escudo de armas. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios, con las palabras sacramentales: "Dios, Patria y Libertad". Así lo ratifico y prometo ante Dios y ante el mundo. Si tal hago, Dios me proteja, y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición, si los vendo.

2.- Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar mi Patria libre, independiente y triunfante.
3.- Los providencialistas son los que salvarán la Patria del infierno a que la tienen condenada los ateos, cosmopolitas y orcopolitas.
4.- El buen dominicano tiene hambre y sed de justicia ha largo tiempo, y si el mundo se la negase, Dios que es la Suma Bondad, sabrá hacérsela cumplida y no muy dilatado; entonces, ¡ay! de los que tuvieron oídos para oír y no oyeron, de los que tuvieron ojos para ver y no vieron.... ¡la Eternidad de nuestra idea! Porque ellos habrán de oír y habrán de ver entonces lo que no hubieran querido oír ni ver jamás.
5. Trabajemos, trabajemos sin descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de nuestra causa y en nuestros propios brazos.
6. ¿Tienes amigos? Prepáralos, porque los días se acercan; procura que no se descarríen, pues va a sonar la hora de anularse para siempre, la hora tremenda del juicio de Dios, y el Providencial no será vengativo, pero sí justiciero.
7.- Sed justos lo primero, si queréis ser felices, ese es el primer deber del hombre; sed unidos, así apagareis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos.
8. No somos más que unos ambiciosos que independizamos nuestro pueblo por ambición y no tuvimos talento para hacer nuestra la riqueza ajena; mientras que ellos (los orcopolitas), son los hombres honrados y virtuosos, pues han tenido la habilidad de hacerlo todo, hasta llamar al extranjero; muestra inequívoca de lo muy amados que serán por la justicia con que han procedido y procederán para con Dios y la Patria y la Libertad del Dominicano.
9. Ningún poder de la tierra es ilimitado, ni el de la ley tampoco.
10. La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la católica, Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de cultos y de sociedades no contrarias a la moral pública y caridad evangélica.
11. Sonó la hora de la gran traición..., y sonó también para mí la hora de la vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos...
12. No he dejado ni dejaré de trabajar a favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, más de lo que puedo; y si no he hecho hasta ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las manos.
13. Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.
14. Ahora bien, si me pronuncié dominicano independiente. Desde el 16 de julio de 1838, cuando los nombres de Patria, Libertad, Honor Nacional se hallaban proscritos como palabras infames, y por ello merecí, en el año de 1843, ser perseguido a muerte por esa fracción haitiana, y por Riviére que la protegía, y a quien engañaron; si después, en el año de 1844 me pronuncié contra el Protectorado francés, decidido por esos facciosos, y cesión a esta Potencia de la Península de Samaná, mereciendo por ello todos los males que sobre mí han llovido; si después de veinte años de ausencia he vuelto espontáneamente a mi Patria a protestar con armas en la mano contra la anexión a España llevada a cabo a despecho del voto nacional por la superchería de ese bando traidor y parricida, no es de esperarse que yo deje de protestar, y conmigo todo buen dominicano, cual protesto y protestaré siempre, no digo tan sólo contra la anexión de mi Patria a los Estados Unidos, sino a cualquiera otra potencia de la tierra, y al mismo tiempo contra cualquier tratado que tienda a cercenar nuestro territorio o cualquier de los derechos del Pueblo Dominicano.
15. Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre será la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre.
16. El amor a la patria nos hizo contraer compromisos sagrados para con la generación venidera; necesario es cumplirlos, o renunciar a la idea de aparecer ante el tribunal de la Historia con el honor de hombres libres, fieles y perseverantes.
17. Sensible a la honra que acabareis de hacerme, dispensándome vuestros sufragios para la primera Magistratura del Estado, nada me será más lisonjero que saber corresponder a ella llenando el hueco de vuestras esperanzas, no por la gloria que de ello resultaría, sino por la satisfacción de veros, cual lo deseo, libres, felices, independientes y tranquilos, y en perfecta unión y armonía llenar vuestros destinos, cumpliendo religiosamente los deberes que habéis contraído para con DIOS, para con la PATRIA, para con la LIBERTAD y para con vosotros mismos.
18. La política no es una especulación; es una Ciencia la más pura y la más diga, después de la Filosofía de ocupar las inteligencias nobles.
19.- Lo poco o mucho que hemos podido hacer o hiciéramos aún en obsequio de una patria que nos es tan cara, y tan digna de mejor suerte, no dejará de tener imitadores y este consuelo nos acompañará a la tumba.

20.- Seguid, jóvenes amigos, dulce esperanza de la patria mía, seguid con tesón y ardor en la hermosa carrera que habéis emprendido y alcanzad la gloria de dar cima a la grandiosa obra de nuestra regeneración política, de nuestra independencia nacional, única garantía de las libertades patrias.

21.- Quisqueyanos, sonó ya la hora de vengar tantos siglos de ultraje, y el que a Dios y a su patria desdora que en oprobio y baldón se amortaje.

22.- No es la cruz el signo del padecimiento: es el símbolo de la redención.

23.- Por la patria es honroso morir.
Del inicuo en el alma no cabe
Por la patria el aliento rendir
Pero el hombre virtuoso bien sabe
Que por ella es honroso morir!