martes, 20 de julio de 2010

MAESTRA GLADYS BURGOS, EJEMPLO DIGNO DEL PAIS


MAESTRA GLADYS BURGOS

Por Alfonso Torres Ulloa*

Doña Gladys, la Maestra Gladys Burgos, sencillamente mencionar su nombre era símbolo de respeto y de grandeza en la comunidad de Dajabón. Ella era quien mejor servía el Pan de la Enseñanza a quienes no sabían leer ni escribir; ella fue la Alfabetizadora por excelencia.

Una Maestra formada en los principios rectos de la fe, la ética y la moral hostosiana, aunque no puedo asegurar que pasara como alumna de alguna discípula de Hostos; pero su práctica y entrega docente la hacía una mujer de esa estirpe.

Su nombre correcto y exacto es GLADYS MARGARITA BRUZZO ALFAU, nació el día trece (13) de octubre del año 1923, en Dajabón, Municipio cabecera de la provincia del mismo nombre. Hija del señor Andrés Bruzzo Favale, inmigrante italiano, y de la señora Encarnación Alfau, dominicana de origen italiano-español.

Su magisterio se extendió por 45 años, siempre en Dajabón, por lo que ella alfabetizó miles de jóvenes y adultos, con la rectitud y el amor que caracterizaba a los Maestros de entonces, pero sabía alfabetizar como nadie, conocía su trabajo, tenía la paciencia necesaria, la tolerancia exacta para conseguir sus objetivos.

En su Dajabón querido se casó con el señor Víctor Elpidio Burgos, quien era Oficial del Estado Civil de Dajabón, de ahí que todos en el Dajabón de Colores la conocimos como Doña Gladys o Gladys Burgos, cuando en verdad era de Burgos: con el matrimonio crea así una familia honorable y digna de la comunidad, con cinco hijos: Altagracia Victoria, Víctor Andrés, Gladys Josefina, Elpidio Radhamés y Elena Mercedes. De ellos, Gladys Josefina –Fifi- siguió el ejemplo de su madre, el Magisterio. Y como ella, una maestra abnegada; en cuarto curso de primaria fue mi profesora, maestra recta, con su regla en las manos y daba sus reglazos; enseñaba y sabía enseñar, muy comprensiva con sus estudiantes. De tal palo tal astilla.

Víctor Andrés Burgos es, quizás el más completo, eficiente y honorable alguacil que conocen los tribunales de la República. Y Elpidio Radhamés –el Grifo, por su melena de juventud- es un excelente médico sonografista. Elena Mercedes –Elenita- es muy buena secretaria en el Ministerio de Agricultura por treinta años. De Altagracia Victoria no tengo noticias.

(Las Fotos han sido tomadas hoy 20 de julio del 2010, a las 6:00 p.m., por Alfonso Torres Ulloa)
Doña Gladys es un ejemplo para Dajabón y para el magisterio nacional, pero es un ejemplo para la nación dominicana como mujer íntegra, madre ejemplar, ciudadana digna y Maestra todo el tiempo, pues aún jubilada ella respiraba enseñanza hasta hace poco, pues a sus 87 años ha ido perdiendo facultades.

De los profesores activos en Dajabón es probable que muy pocos recuerden a esta extraordinaria maestra, pero sí hay en la comunidad muchas personas que pasaron por el aula donde ella otorgaba el pan esencial de la enseñanza, la alfabetización.

Su mayor tiempo docente, quizás todo, se desarrolló en la Escuela Primaria José Ramón López, principal escuela pública de la provincia. Este centro docente hacía honor con la calidad de su cuerpo de profesores al nombre ilustre que lleva, Don José Ramón López, periodista e intelectual sagaz y profundo, nacido en Monte Cristi, quien escribió el Ensayo La Alimentación y las Razas, estudio sociológico fundamental para entender el pensamiento social dominicano. En ese estudio plantea la tesis de que la falta de alimentación lleva al ser humano y a los pueblos a la degeneración física, moral e intelectual.

La Maestra Gladys Burgos fue quien, junto a la Maestra África Belliard, encabezó la lucha o las gestiones para que se instalara un comedor en la Escuela Primaria José López, pues los niños llegaban allí desnutridos, si comer, y la tarea que tenían por delante las maestras era sumamente difícil para que esos niños lánguidos de hambre pudieran asimilar. Y en esas tareas hicieron rifas, pedidos de solidaridad a los comerciantes y al propio gobierno, sin desmayar hasta que consiguieron instalar el comedor en la Escuela.

Es historia digna de un libro lo acontecido en ese comedor y la señora al frente del mismo, Tibi. Allí aprendimos a comer locrio de trigo, trigo con leche, natilla, harina de maíz con leche, arroz con leche. Y la verdad que jugo un papel trascendente el comedor. Y tenían razón las maestras Gladys Burgos y África Belliard. Concordando su accionar e iniciativa con los postulados de José Ramón López.
La Maestra Gladys Burgos fue una alfabetizadora renombrada de su tiempo, no es conocida a nivel nacional porque su trabajo se realizó en un apartado pueblito de la frontera y porque en su tiempo no existían las facilidades de la comunicación de nuestros tiempos. Pero su ejemplo está ahí y la sociedad docente de Dajabón debe rescatarla del olvido, traerla al presente y proyectarla a lo que debe ser el docente del futuro si queremos una Patria digna y duartiana por siempre.

Hasta hace apenas cuatro años recorría el tramo de la calle Duarte que va desde la Juan Isidro Pérez hasta Las Mercedes, en la zona colonial, recogiendo todos los papeles y plásticos de la calle; era como una terapia, le servía de ejercicio físico, pero al mismo tiempo daba una lección de urbanismo, de civismo, dirigía con su acción un mensaje a los transeúntes de que no debían echar la basura en la calle. Algunos pensaban la vieja está loca, pero quienes la conocemos entendíamos el mensaje y el ejemplo. Fue Maestra siempre, es Maestra para toda la vida. La enseñanza ha sido su norte. Educar es el mejor modo de contribuir con la libertad de un pueblo.

A la Maestra Gladys Burgos, que se recuerde, se le hizo un solo reconocimiento y fue en el año de 1982, cuando existía la iniciativa del hermoso programa LA PATRIA POR DENTRO, que auspiciaba Brugal y creo que coordinaba el periodista José Jiménez Belén, montecristeño, y el premio fue declararla Hija Distinguida de Dajabón.

Y hoy Dajabón no recuerda a su Hija Distinguida. Una calle debe llevar su nombre, los maestros, las maestras de Dajabón deben visitarla. Y no esperar a que el tiempo se presente para llevarla a la Paz del Señor, lugar al que todos debemos llegar por ley natural.

Estas líneas apenas son un intento de reconocimiento a una Maestra Ejemplar, a una Mujer Digna, a una Madre Consagrada, a una Hija Distinguida de Dajabón, a Gladys Bruzzo de Burgos.

Cuando la veo, muy regularmente, me inclino ante ella con reverencia porque soy consciente que estoy en presencia de una gran dominicana, de un ejemplo de vida, de una maestra que lo entregó todo por un país mejor, por la cultura de nuestro pueblo y en la medida en que un pueblo es culto avanza en la libertad, partiendo siempre del concepto martiano: Ser Cultos para Ser Libres.

Doña Gladys lo dio todo por Dajabón, debemos perpetuar su memoria nombrando una calle con su nombre. No quisiera parafrasear a Federico Henríquez y Carvajal ante la tumba de Hostos, pero lo hago intuitivamente, “Oh América infeliz que solo sabe valorar tus grandes hombres cuando solo son ya tus grandes muertos”!


*Alfonso Torres Ulloa
Escritor dajabonero, correo: aajrd2@hotmail.com
Tels. 809-687-9957; 809-281-1453