domingo, 25 de julio de 2010

LA UASD MERECE A NINO FELIZ


Por Alfonso Torres Ulloa

Nadie en particular se merece la UASD, ésta constituye el principal activo cultural y científico de la nación y como tal es patrimonio indispensable en el desarrollo del país.

Es el centro de estudios superiores al que acuden los hijos del pueblo, es la Universidad del Estado y por tanto cobija intelectual de cientos de miles de jóvenes humildes que solo ahí pueden situarse en la ruta de la superación personal y del desarrollo.
En los últimos 45 años las puertas de la Universidad Autónoma quedaron abiertas al hijo del obrero y del chiripero, del intelectual de clase media y del campesino sin tierra; es la Academia de todos sin importar color de la piel, condición social o apellido sonoro.

Aunque hace algo más de una década el derrotero que lleva o por el que la llevan no es halagador, la ola neoliberal o de privatización de los bienes públicos viene empujando la crisis en la institución para convertirla en un desorden: clientelismo, corrupción, anarquía institucional, violación del Estatuto Orgánico, centralización de funciones, violación del Fuero Universitario, es decir crear las condiciones para que la UASD sea intervenida y finalmente iniciar lentamente la privatización.

Por eso Don Iván Rodríguez nos dice lleno de preocupación: “eso de una Universidad Autónoma, democrática, abierta al pueblo y para el pueblo, donde tenían cabida los hijos de los obreros, campesinos, marginados, ha sido una espina clavada en el corazón de la gran burguesía y el imperialismo, por lo que tal ejemplo debía evitarse y ser borrado de la faz del país, ya que la educación debe ser propiedad y estar dirigidas por manos privadas, para ello establecieron un plan estratégico para alcanzar sus objetivos, porque a corto plazo desataría los perros del infierno del pueblo que no lo permitiría”, y hay que evitar la continuidad de la gestión desastre.

Eso requiere retomar principios esenciales del Movimiento Renovador, vincular al pueblo a la defensa de este patrimonio y unir a lo más sano que queda a lo interno de la Universidad para frenar el deterioro, sentar las bases para regenerar la institución.

Hay que frenar la anarquía de una gestión corrupta y sin norte, una gestión de turismo y de violentación de los principios y las normas, devolviéndole las funciones al Consejo Universitario y respetando a los académicos, a los empleados y a los estudiantes. Y principalmente los recursos y bienes de la UASD. No es posible que ante una ola de robos de equipos valiosísimos de la Universidad nadie es culpable, nadie cae preso, nadie es investigado, nada aparece; nadie se inmuta ante el robo, todo parece indicar que eso es normal en la Universidad. Pero no, a eso hay que poner freno.

Este cuadro nos llama a la reflexión y decimos que en momentos de crisis profunda debe surgir un liderazgo académico que enarbole principios, valores éticos, programa y con visión de futuro, con historia de servicio y compromiso de cambios, con voluntad de asumir las riendas para el cambio institucional, siempre de cara al sol y teniendo como norte los intereses del pueblo y en la UASD se ve una luz en el horizonte en la persona del Maestro Nino Feliz y su Equipo.

Nino Feliz tiene ese compromiso y el historial necesario, la compresión de la problemática universitaria y la visión de lo que debe hacerse y lo hará, por eso nos dice “la causa principal de la situación por la que atraviesa nuestra institución se debe a que el modelo gerencial se agotó y padecemos una crisis estructural que nos obliga a redefinir dicho modelo. Hay otras causas, que guardan estrecha relación con la primera, por un lado la falta de gerencia, y por otro, la falta de institucionalidad”.

El compromiso del Maestro Nino Feliz con su Universidad es el mismo que tiene con la causa del pueblo trabajador, por eso apunta con precisión de cirujano: “Nuestra Universidad, desde su apertura democrática y abierta a los sectores populares, desde la lucha del Movimiento Renovador, siempre ha estado amenazada por los sectores conservadores”.
Y profundiza el concepto y el compromiso, pues su condición de hijo humilde del pueblo y consciente de que hoy es un académico gracias a la UASD, porque siendo hijo de obrero picador de caña en Barahona solo las puertas uasdianas podía atravesar libremente y por eso nos señala: “Debemos pensar que las instituciones que mueven enormes capitales ven a la Universidad como su competencia y como obstáculo en el marco del desarrollo de sus empresas productivas”, es decir, tiene claro el problema, de ahí que sus propuestas de Cambio con Institucionalidad está hecha desde el corazón del poeta que sufre y del académico de compromiso social, por eso tiene tan amplia aceptación en los corrillos universitarios.

El Maestro Nino Feliz conoce la institución como el que más, confía en las reservas que tiene la UASD y tiene claro cómo y hacia dónde conducir las mismas, de ahí que nos apunta: “Evidentemente que la institución tiene el capital humano y la reserva ética y moral para afrontar los males que la afectan. Hacia lo interno tenemos las fortalezas como para salir con éxito de la situación. Además el peso social y prestigio que posee es parte de sus fortalezas”.

Y siento una fuerza particular y una inspiración muy singular cuando Don Iván Rodríguez, con su cabeza cargada de nieve, sus años de lucha, su abnegación y su temple de patriota, su fuerza moral, nos dice:
“Las aspiraciones a la rectoría del profesor Nino Feliz están basadas en esa plataforma de principios que tiene como centro salvar la UASD del colapso, recuperándola para el pueblo. Proceso de recuperación que no llevará jamás compromiso con los sectores propiciadores del deterioro moral y material del centro educativo y propiciará el saneamiento de la misma, hasta restaurarla en los principios que le dieron de universidad critica, democrática, abierta al pueblo”.

Es por eso que me atrevo a sostener la tesis de que la Universidad Autónoma de Santo Domingo se merece al Maestro Rafael Nino Feliz como Rector para el periodo 2011-2014 para que inicie la gran cruzada de reencausar la institución, respetando su naturaleza y fuero, los mecanismos institucionales, aplicando una política ética en todos los actos universitarios, tanto en la dirección como en los manejos de los fondos y los bienes y de todo el patrimonio de la alta casa de estudios.

Y confío en Nino Feliz porque sus convicciones, su historia, su compromiso, su filosofía de servir y de vivir con decoro, apegado a los valores esenciales de la República y su disposición a salvar la UASD me convencen. Su visión es clara y su convencimiento absoluto, y nos dice “El primer paso que debemos dar es redefinir el modelo para establecer sistema gerencial basado en eficacia y eficiencia; desarrollar procesos de gestión de calidad que sitúen la academia en el marco de la pertinencia y las exigencias de la competitividad, los planes del desarrollo nacional y los estándares internacionales en que debe sustentarse toda institución de Educación Superior”.

Para una parte minoritaria de los actores de la vida universitaria, Nino Feliz no merece ser Rector, pero no se trata de eso, no es Nino quien merece la UASD, nadie la merece, la UASD está por encima de todos y de todo, la UASD es el país, pero hoy se puede afirmar que la Universidad atravesada por una crisis espantosa es la que merece, entre los que aspiran, a Nino Feliz para iniciar el proceso de recuperación de la Universidad del Pueblo.

Y Nino Feliz marcha firme, seguro, cargado de sueños de futuro y nos declara con una Gota de Razón “Soy optimista, sé que la institución cambiará el rumbo porque las fuerzas sanas que se mueven en su interior están despertando y participando un movimiento de cambio, esta situación hará posible que se produzcan las trasformaciones que necesita la UASD para seguir siendo el patrimonio más importante de nuestro país y fuente inagotable de la movilidad social”.