Antonio Guerrero tu cuerpo está enclaustrado, pero no tu verso. Tus pies están engrillados, pero no tu alma. Tus manos están atadas, pero no tu dignidad.
Tu libertad de movimiento está detenida, pero tus ideas vuelan y se multiplican. No hay maneras de cortar el viento ni de impedir la lluvia.
Ocho años de injusta prisión, debilidad imperial y prepotencia de la impotencia.
El miedo imperial es furioso porque la verdad lo acorrala y vamos todos contigo y con René en esta marcha de primavera.
Tu verso se escapa de los barrotes y con él abraza a Gerardo con una sonrisa bañada de inocencia, desafío del imperio y una justicia injusta y maniatada.
Hoy elevamos una plegaria por ti y por Ramón y convocamos una marcha por la libertad y el derecho a la vida.
Desde Tu Altura nos mira, nos canta y rueda de tus labios una sonrisa para Fernando y sabes que no estás solo, que no están solos.
Ocho años en prisión por nada, por el valor de ser digno, por desentrañar el veneno de las entrañas y crear vacunas antiterrorismo.
Ocho años lejos del sol, abrazando la sombra que te han impuesto, mas no ven tus verdugos que desde la sombra impuesta irradia más luz que su sol de mediodía.
Antonio sigues como Guerrero desde el verso y como Martí sed un hombre sincero y como la palma sigue firme desafiando el viento imperial que todo un pueblo te acompaña.
Ocho años que te imponen como calvario y tus verdugos no saben que es una lucha desde el silencio, una injusticia que se revierte y quiebra al Diablo que arde en su propio fuego.
El mundo ora por ti, y por Rene Fernando Ramón Gerardo que son uno vertido en cinco cuerpos enjaulados volando con principios versos cartas y caricaturas en todo el globo y desnudo el imperio sin ropas para cubrir vergüenza.
Ocho años y fue ayer, una justicia denegada y tardía no es justicia, una sociedad sin justicia no es democrática, dice la Biblia que es una tiranía y un imperio a la deriva.
Antonio tu verso vuela y canta, lo hago mío y lo multiplico como los panes del señor porque todos han de comer de él. Tu verso es el libre albedrío del señor.
Los imperios caen cuando pierden la moral y tu fe en la verdad, en la justicia de una causa, tu desvelo por la paz con tu cuerpo enjaulado desmorona la moral imperial.
Mi oración, Antonio, es por la paz y por la fortaleza de tu espíritu y el de René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Fernando González para resistir el hueco, el vacío, el infierno y la furia del Diablo porque la verdad está contigo, con ustedes.
Mi oración, Antonio, es para que sigamos juntos, Inseparables, firmes porque otro mundo es posible. Resiste, hermano, no estás solo. Porque como tu dices en Inseparables: “a pesar del total aislamiento no nos faltó nunca una sonrisa, un canto, un poema, todo el imprescindible amor y toda la razón del mundo”.
Mi oración, Antonio, es para confirmarte que la lucha de ustedes es la de todos nosotros y a mayor injusticia mayor arraigo de la humanidad a la causa por la paz. Mi oración es para darte fuerza y abrazarte con mi pecho, con mi canto y llenarte de esperanza, ustedes merecen todo el amor del mundo porque para hacer lo que ustedes hicieron y lo que siguen haciendo hay que tener mucho amor, solo con amor y por amor se hace. Y por amor se resiste.
Tu libertad de movimiento está detenida, pero tus ideas vuelan y se multiplican. No hay maneras de cortar el viento ni de impedir la lluvia.
Ocho años de injusta prisión, debilidad imperial y prepotencia de la impotencia.
El miedo imperial es furioso porque la verdad lo acorrala y vamos todos contigo y con René en esta marcha de primavera.
Tu verso se escapa de los barrotes y con él abraza a Gerardo con una sonrisa bañada de inocencia, desafío del imperio y una justicia injusta y maniatada.
Hoy elevamos una plegaria por ti y por Ramón y convocamos una marcha por la libertad y el derecho a la vida.
Desde Tu Altura nos mira, nos canta y rueda de tus labios una sonrisa para Fernando y sabes que no estás solo, que no están solos.
Ocho años en prisión por nada, por el valor de ser digno, por desentrañar el veneno de las entrañas y crear vacunas antiterrorismo.
Ocho años lejos del sol, abrazando la sombra que te han impuesto, mas no ven tus verdugos que desde la sombra impuesta irradia más luz que su sol de mediodía.
Antonio sigues como Guerrero desde el verso y como Martí sed un hombre sincero y como la palma sigue firme desafiando el viento imperial que todo un pueblo te acompaña.
Ocho años que te imponen como calvario y tus verdugos no saben que es una lucha desde el silencio, una injusticia que se revierte y quiebra al Diablo que arde en su propio fuego.
El mundo ora por ti, y por Rene Fernando Ramón Gerardo que son uno vertido en cinco cuerpos enjaulados volando con principios versos cartas y caricaturas en todo el globo y desnudo el imperio sin ropas para cubrir vergüenza.
Ocho años y fue ayer, una justicia denegada y tardía no es justicia, una sociedad sin justicia no es democrática, dice la Biblia que es una tiranía y un imperio a la deriva.
Antonio tu verso vuela y canta, lo hago mío y lo multiplico como los panes del señor porque todos han de comer de él. Tu verso es el libre albedrío del señor.
Los imperios caen cuando pierden la moral y tu fe en la verdad, en la justicia de una causa, tu desvelo por la paz con tu cuerpo enjaulado desmorona la moral imperial.
Mi oración, Antonio, es por la paz y por la fortaleza de tu espíritu y el de René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Fernando González para resistir el hueco, el vacío, el infierno y la furia del Diablo porque la verdad está contigo, con ustedes.
Mi oración, Antonio, es para que sigamos juntos, Inseparables, firmes porque otro mundo es posible. Resiste, hermano, no estás solo. Porque como tu dices en Inseparables: “a pesar del total aislamiento no nos faltó nunca una sonrisa, un canto, un poema, todo el imprescindible amor y toda la razón del mundo”.
Mi oración, Antonio, es para confirmarte que la lucha de ustedes es la de todos nosotros y a mayor injusticia mayor arraigo de la humanidad a la causa por la paz. Mi oración es para darte fuerza y abrazarte con mi pecho, con mi canto y llenarte de esperanza, ustedes merecen todo el amor del mundo porque para hacer lo que ustedes hicieron y lo que siguen haciendo hay que tener mucho amor, solo con amor y por amor se hace. Y por amor se resiste.
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