miércoles, 29 de diciembre de 2010

FAUSTINO COLLADO ES UN EJEMPLO ACADEMICO


COLLADO ANTE UN DESAFIO, LIDERAZGO QUE DEBE CRECER

El profesor Faustino Collado ante una prueba de fuego debe vencer con la serenidad de siempre. Es un batallador y organizador por excelencia.

Cuando me dijo que el MUDI estaba impulsando a Febrillet me pareció insólito, pero de manera particular quedé sobrecogido al saber que Collado iría por la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado junto al candidato del Rector.

El Faustino Collado que conozco desde hace 28 años no es para asociarse a un grupo con las características del que congrega a Frankllin y Mateo Aquino Febrillet; y sorprende que Porfirio gire en ese círculo que sepulta a la UASD sin miramientos.

Collado es un militante de la democracia y de las mejores prácticas sociales, amante de la justicia; académico puro y extraordinario investigador; docente decente. Un hombre de la patria y de la UASD. Su perfil no encaja en el entorno Franklin-Febrillet.

De ahí que no es sorpresa que lo sacrifiquen. Eso se veía venir y lo habíamos discutido. No importó su trabajo de años por posicionar una candidatura para servir a la institución con capacidad, idoneidad y entrega; para rescatar un área vital de la vida universitaria, la investigación.

Un candidato bien posicionado. De prestigio. De solvencia moral y académica. De los que aspiran a esa posición es, quizás, el de mayor experiencia en la investigación. Pero eso importa poco cuando de clientelismo y amarre de chivas se trata.

El profesor Faustino Collado está en el deber de desarrollar su propio perfil, de darle cuerpo a sus ideas y propuestas con criterio independiente y con libertad; salir de la sombra en la que ha estado y procurar bajo el sol sus propias luces e iluminar un camino de decoro, de principios, de firmeza y autenticidad universitaria.

Collado tiene el talento, la capacidad y el liderazgo para crecer sin tutelas y sin ataduras, y sin pretender incitarlo a nada fuera de lógica institucional, considero que llegó el momento para romper el cordón que lo ata y trillar el camino de la dignidad y la independencia. Y ser FAUSTINO COLLADO.