miércoles, 26 de noviembre de 2008

AL PIE DE LA COLINA EN LA VILLA DE LAS HORTENSIAS


Casi tocamos el cielo con las manos y todo se vuelve maravilloso, el agua brota desde las entrañas de la montaña en varios hilos y baja con la alegría de la vida, se viste de blanco entre las rocas; alimenta toda la vegetación a su paso ....
Todo se mueve en armonía y las aves cantan desde el amanecer, a veces el arco iris aparece y viste de colores la falda de la loma y el contagio es único ...
Todo es verde, en todas las tonalidades, un cordón ecológico es Bonao a pesar de la Falconbridge y de las necesidades de los campesinos y de la crisis...


Nuestras anfitrionas "hortensias" de sonrisa y ternura, con gran placer nos atendieron y el día se hizo corto para disfrutar la paz que se respira al pie de la colina y en medio del río que nos ríe a todos y quedamos convocados para volver a respirar la pureza del aire que nos regala la loma poblada de árboles y aguas subterráneas que la naturaleza brinda a quienes cuidan de ella, la reciprocidad del amor..

El agua cristalina nos invita, nos convoca a un baño de eternidad, a sumergirnos en el frío que abriga y el otoño es invierno... el día inicia con un cafecito de pilón, todo es distinto a la ciudad, no hay bocinas de carro alguno, solo cantos de aves a la libertad.
Se torna oscura la mañana, presagio de lluvias, pero no, el día vuelve a clarear y nos vamos río abajo como buscando jaibas y pomos, caminando entre piedras y agua fría, vamos viendo los sembradíos a ambas riveras del río: todo es yuca, guineo, ñame, plátano, caña negra, flores y palmitas... todo es verde, todo es vida.

Y allí camina sin prisa.
Va la vida en la corriente y la corriente es vida dilatada.
Seduce el panorama y todo es contagio, nada queda oculto en el interior de la montaña que nos da con amor el fruto de su vientre, el agua pura y cristalina...


Y entonces para cerrar esta nostalgia de la alegría vivida dejo para tod@s un poema, del poeta mayor de América, Don Pablo Neruda:

AGUA SEXUAL

"Rodando a goterones solos, a gotas como dientes, a espesos goterones de mermelada y sangre, rodando a goteronescae el agua, como una espada en gotas, como un desgarrador río de vidrio, cae mordiendo, golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del alma, rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.
Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto, un líquido, un sudor, un aceite sin nombre, un movimiento agudo, haciéndose, espesándose, cae el agua, a goterones lentos, hacia su mar, hacia su seco océano,hacia su ola sin agua.
Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero, bodegas, cigarras, poblaciones, estímulos, habitaciones, niñas durmiendo con las manos en el corazón, soñando con bandidos, con incendios, veo barcos, veo árboles de médula erizados como gatos rabiosos, veo sangre, puñales y medias de mujer, y pelos de hombre, veo camas, veo corredores donde grita una virgen, veo frazadas y órganos y hoteles.
Veo los sueños sigilosos, admito los postreros días, y también los orígenes, y también los recuerdos, como un párpado atrozmente levantado a la fuerza estoy mirando.
Y entonces hay este sonido:un ruido rojo de huesos, un pegarse de carne, y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar y la mitad del alma en la tierra, y con las dos mitades del alma miro el mundo.
Y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente, veo caer agua sorda, a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina, como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los huesos".