Al pie de esa linda colina se cosecha plátano y yuca y no hay que comprarla, pues nuestra anfitriona tiene de todo en apenas dos tareas...
Y en la vecindad venden leche de vaca, acabada de ordeñar y los huevos de gallinas criollas... y los guandules se cosechan en la comunidad e igual el arroz... entonces jugar dominó en aquella tierra tierna, hermosa, fría con sol... y el río ahí mismo que cuando baja de la cama te mojas los pies... es una bendición!
Cuando el sol hizo acto de presencia cortamos un racimo de guineo y el desayuno típico nos preparó para un día pleno de disfrute campestre, todo un sueño.
Y el río esperando por nosotros para darnos una pela con su agua cuasi congelada, mas vale la pena porque la piel rejuvenece y temblamos pero no importa, toallas con los cuerpos temblorosos.. y al kiosko a jugar dominó, donde algunos ligan un trago ardiente y no de jenjibre.
En una esquinita contemplamos estas preciosas plantitas y tras ella el río que nos llama, todo es una tentación... las damas se quejan porque comieron demasiado y aumentaron sus libritas, rompieron dietas y ahora la pela en el gimnasio... ah la vida, siempre tiene sus cosas, pero es hermosa en la sencillez de la montaña... y la ternura de un río de aguas cristalinas y piedras para las cascadas..
Y encima y alrededor del río la arboleda tupida que baja con las aguas desde las montañas paridas y allí todos cantan y todos brindan en verso la alegría del contagio, la naturaleza que es sabia y es la poetisa primero en todos los tiempos y rincones.
Y sus aguas siguen el agitado curso de la vida, no se detienen por nada, la madre naturaleza le manda seguir y no dormirse en ningún recodo del camino e ir invitando a todos en el trayecto de lujo que lleva dando vida a la vida. En su cause va el viento bañándose para salir de paseo a refrescar la comarca del camino y aquél que no se baña en sus aguas frías entonces tócale la brisa que refresca en la dinámica armonía que es la vida de montaña y de amor verde, en el cotejo ecológico del Bonao maravilloso.
Y sus aguas siguen el agitado curso de la vida, no se detienen por nada, la madre naturaleza le manda seguir y no dormirse en ningún recodo del camino e ir invitando a todos en el trayecto de lujo que lleva dando vida a la vida. En su cause va el viento bañándose para salir de paseo a refrescar la comarca del camino y aquél que no se baña en sus aguas frías entonces tócale la brisa que refresca en la dinámica armonía que es la vida de montaña y de amor verde, en el cotejo ecológico del Bonao maravilloso.