martes, 17 de noviembre de 2009

PCT CELEBRA V CONFERENCIA CIENTIFICA


La teoría Leninista de la Revolución y las Alianzas
Actualidad del leninismo


(Intervención de Manuel Salazar)

Se han cumplido 92 años de la gloriosa Revolución de Octubre de 1917, que abrió perspectivas al socialismo. El PCT, con la participación entusiasta de Fuerza de la Revolución, el Partido Comunista Marxista –leninista y el Proyecto de Partido Socialista Dominicano, hemos querido conmemorar ese acontecimiento con esta Conferencia Científica titulada La Teoría Leninista de la Revolución y las Alianzas.

Esta es la Quinta Conferencia que celebramos y nos parece una buena manera para recordar lo que hay de peculiar en el leninismo, que fue el pensamiento que hizo posible la Revolución de Octubre.

Inicio esta introducción a la Conferencia, con algunas verdades supersabidas: El Leninismo constituye un desarrollo del Marxismo en la etapa imperialista del capitalismo; es sabido que Marx y Engels no conocieron el imperialismo; porque ellos vivieron solo la etapa del capitalismo. Por eso, su pensamiento tuvo esa impronta, ellos consideraron que la revolución se realizaría más o menos de manera simultánea en los países capitalistas.

Pero Lenin enfocó la revolución de una manera distinta. Apoyándose en las conclusiones teóricas generales de Marx y Engels, Lenin analizó las posibilidades de la revolución en la etapa imperialista y concluyó en que dado que existían países dominados por el capital y los países imperialistas, la revolución podía darse allí donde fuera más débil el eslabón de la cadena de dominación imperialista. Lenin no negó a Marx y Engels, sino que desarrolló su pensamiento en unas nuevas condiciones. Esta actitud revolucionaria hizo posible la Revolución de Octubre.

II.-

El Leninismo enfoca cuatro contradicciones, que no era posible enfocar en los tiempos de Marx y Engels, cuáles son: 1.- La contradicción entre el capital y el trabajo; 2.- La contradicción entre los mismos países imperialistas; 3.- La contradicción entre los países imperialistas y los países y naciones dominados por aquellos, y, una vez triunfa la revolución en 1917, es posible focalizar una cuarta contradicción, cuál es entre el sistema capitalista de una parte, y el socialista por la otra.

Con Lenin entonces, el trabajo revolucionario comenzó a desarrollar a partir de esas contradicciones.

III.- La teoría del eslabón más débil, a su vez, permite enfocar un manejo específico de las contradicciones en los países dominados y explotados por el imperialismo. Se observa que en estos, la presencia del capital imperialista en áreas de la economía, e incluso el hecho de que el capital imperialista impone unos modelos económicos que le permiten saquear las riquezas de esos países, conduce a que sectores de la misma burguesía se sientan afectados por la presencia del capital imperialista, afección que puede ser base para una contradicción que los comunistas y revolucionarios pueden aprovechar a los fines de avanzar hacia la derrota del imperialismo y sus aliados criollos. En este caso, la contradicción entre las naciones oprimidas por el imperialismo por una parte, y el imperialismo opresor por la otra, se constituye en la contradicción inmediata a resolver, aún y cuando se mantiene viva la contradicción entre el capital y el trabajo, o dicho en términos de clase, entre la burguesía y la clase obrera y trabajadora.

Ese enfoque, conduce necesariamente a políticas de alianzas, pactos o compromisos entre clases o sectores de clase, que se unen para enfrentar a un enemigo común.

En su recorrido, la Revolución de Octubre, pasó primero por una revolución burguesa, en la que el Partido Bolchevique pactó con la burguesía y otras clases para echar abajo el zarismo. Pero meses después, en Octubre, de acuerdo con el calendario gregoriano, ya esa alianza se rompía para dar paso a la revolución socialista. Pero si el proletariado y su partido el Bolchevique no pactan con la burguesía, liderada por Kerenski en febrero de 1917, no se derroca al zarismo y en consecuencia, no se abren posibilidades para la revolución de octubre y la toma del poder por parte de la clase obrera y los trabajadores.

Las masas obreras no hubieran conocido las inconsecuencias de la burguesía, sin no pasan por la experiencia de febrero de 1917.

Este hecho, es una experiencia, a partir de la cual se generalizan conceptos en materia de dirección política.

El desarrollo de la experiencia socialista a partir de octubre de 1917, cercada por países imperialistas, con fuerzas internas que enfrentan las medidas del poder soviético, es también fuente de experiencias a partir de las cuales generalizan conceptos teóricos.

La Nueva Política Económica, conocida por las siglas NEP, fue una política planteada por Lenin después de 1917, mediante la cual revertía medidas económicas que afectaban a sectores sociales, incluso de la misma burguesía expropiada, para aliviar el frente interno y poner el país en condiciones de enfrentarse a los enemigos externos, que en ese momento eran los más fuertes. Esto es maniobra política, lógica, en el marco de una determinada correlación de fuerzas, para no enfrentar al mismo tiempo a dos enemigos.

La Revolución de Octubre se concreta como hecho en 10 días. Pero es el resultado de muchas vicisitudes, de derrotas, largas y cortas, de la puesta en práctica de diversas consignas y formas de lucha, en conformidad con las circunstancias políticas, proceso en el cual, Lenin y el Partido Bolchevique elaboran un andamiaje teórico, parte del cual tiene vigencia. El posterior desarrollo de la revolución proporciona también una amplia fuente de enseñanzas teóricas.

Lenín abundó en la importancia que tiene la política para la lucha del poder, desarrolló la relación que tienen las reformas en la acumulación de fuerzas, y cómo esas reformas pueden contribuir a la revolución. La dialéctica reforma- revolución, es la expresión en el campo de la política, de la ley de la dialéctica que señala la conversión de los cambios cuantitativos en cualitativos.

Lenin sintetizó la experiencia revolucionaria en una serie de conceptos como por ejemplo, el de “situación revolucionaria”, poníendo en claro cuáles son las circunstancias que la configuran, proporcionando así a los comunistas y revolucionarios un instrumental de análisis para descifrar la realidad política y definir de manera apropiada las tareas políticas, militares y de masas.

El Leninismo resume un caudal de experiencias revolucionarias a las que los revolucionarios y comunistas debemos recurrir con frecuencia, no como dogma, sino como ciencia, para orientar nuestra actividad.

Es creciente el desprecio de la militancia revolucionaria por la teoría. Puede decirse que lo predominante hoy día es hacer política de oído, emocional. Mucho de nuestros dirigentes y activistas se han formado en la organización de paros y huelgas, sin preocuparse en conocer las leyes y categorías de análisis de la ciencia de la revolución; de ahí sus claras limitaciones para enfocarse en la política con todas sus dimensiones y desafíos en la búsqueda del poder. La política es además de trabajo de masas y de una ética, es propuesta, debate, compromiso, alianza, diálogo, enfrentamiento…

Engels dijo hace casi 200 años que “sin teoría revolucionaria, no puede haber movimiento revolucionario”, y dijo algo más contundente: “desde que el marxismo es ciencia, exige que se le trate como tal, es decir, que se le estudie”.

No haber estudiado el Marxismo- leninismo; o no haberlo interpretado como es; o haberse alejado, consciente o inconscientemente de esta ciencia, es en buena parte la causa de muchos errores y de cierto grado aislamiento político.

Tal es la limitación teórica en nuestro país, que una matriz de factura hegeliana, es decir del padre filosófico del neoliberalismo, como lo es la ética y la moral, es la quintaesencia de la política de varios grupos en los que hay marxistas.

Más. En nombre de combatir el dogmatismo y al llamado “seguidismo” a experiencias revolucionarias de otros países, y hasta por petulancia y autocomplacencia personal hay en nuestro país militantes e intelectuales revolucionarios que han desconocido la actualidad del Marxismo-leninismo, la misma singularidad del Leninismo, y no han podido construir nada; ni decir con un ejemplo siquiera cómo es que se deben hacer las cosas para avanzar en el sentido de la revolución. Peor aún, han destruido mucho.

Un hecho alentador en el país, es el dinamismo que vuelve a tener la juventud frente a temas políticos importantes, como son los casos del retroceso constitucional y la defensa de los recursos naturales. Esto es de lo nuevo en los últimos 20 años en el país.

Hay que hacer todo lo que se deba hacer, para que esos- as jóvenes nutran sus preocupaciones y respuestas políticas en la teoría marxista- leninista, y vayan más allá de lo emocional. A la rebeldía positiva que exhiben, hay que darle sustancia teórica.

M. Salazar.
15 de noviembre, 2009.-