sábado, 21 de noviembre de 2009

SANTIAGO, CIUDAD EMBLEMATICA


Una ciudad de antojos, de amores y de nostalgias que nos llenan de historias.
Ciudad alegre y de vecinos.
Ciudad cuajada de amigos, marchantas y robalagallina.
Ciudad de pelotas y de águilas aguerridas.
De mujeres hermosas, las más hermosas, quizáz...
Allí una parte de mi ombligo sembrado está, Alfonsina risueña.
Hermosa, es verdad, pero inteligente mucho más...
Ciudad que me atrae de viernes a lunes, pero un martes me da igual en estas vacaciones que no terminan, entonces la autopista Duarte es un desafío a pesar de los baches, la pobre iluminación y falta de señales.... no importa, el amor me lleva y me trae...

Pasear por Santiago en Coche es una tradición de propios y de extraños, el amor y la aventura se asientan en los corazones que vuelan llenos de vidas.
De noche, allí en el Monumento a los Héroes de la Restauración, divisamos la ciudad en un círculo de luces y de corazones encendidos, es el amor que se destila gota a gota alimentando la vida de ilusiones que entierran las penas, en un orgasmo en la plenitud de la tarde, no importa cual cabaña...

Ciudad que acoge a pleno corazón a todos, todas... y se baña en una sonrisa en su cordón de cordilleras, recordando a los héroes de la patria... y allí para dar la bienvenidad a la puerta del Monumento la estatua del Patricio Mayor, porque la ciudad sabe que "Vivir sin Patria es lo mismo que Vivir sin Honor".
Es la ciudad corazón en su sentido más exacto: es el centro de la nación, es el amor desbordado y tronco económico.
Desde allí una fuerza social poderosa traza directrices y empuja el norte del país; sin Santiago nada marcha en Quisqueya...
Ciudad de alegría compartida en el más absoluto silencio, un vecindario de frijoles con dulces y marchantas cantoras. La discreción es fruta madura para el amor que se alza sin horario, tan solo las ganas del amor mismo.

Los Héroes traspasaron la historia, pero no se marchan, allí están vigilando el sueño de la ciudad, espada en mano, ojos abiertos y candidez de abuelos complacidos. Es Luperón con Benito Monción y Gaspar Polanco que hacen guardia de honor en la ciudad dormida en la alegría libertaria.


Ciudad limpia como su Monumento y el corazón juguetón de la niña dormida en los brazos de su amante...


Imponente su mirada al cielo, parece clamar libertad por siempre.
Es necesario educar en los valores de la patria a las nuevas generaciones para que el cielo nuestro brille para el mundo con aire de limpieza y amor por una patria redimida y amorosa y se constituya en un nido de paz y unión para sus hijos, como dijo el Padre de la Patria: "...al veros libres, felices, independientes y tranquilos..."