lunes, 15 de febrero de 2010

EL SECRE APUNTA DE NUEVO


Las izquierdas orgánicas y las elecciones 2010:

Historia del desatino de las “alianzas puntuales” con el PRD…

Por Narciso Isa Conde

Una parte de las organizaciones de izquierda del país inicialmente decidió unirse a través de la boleta del MIUCA para asistir a las elecciones de “medio tiempo” de mayo del 2010.

Nuestro proyecto Nueva Izquierda-Círculos Caamañistas no fue convocado para esa alianza, decisión al parecer adoptada con la vana intención de aislarnos. Optamos, pese a lo injustificada de esa postura soberana, por dejarla pasar sin sobresaltos, por tomarla con prudencia, sin denostar a los promotores de la misma.

Porque mas que la intención de “aislarnos”, nos preocupaba la concepción sectaria presente dentro de ese “esfuerzo unitario”; evidente, por un lado, en el hecho de que el MIUCA dejara atrás su promesa de poner desinteresadamente su registro electoral al servicio de todos (lo que requería un cambio de nombre y símbolos que expresara a todos los aliados y dejara a un lado toda intención ventajista); y, por el otro, algo de mucho más importante: la exclusión injustificada de los movimientos sociales de avanzada y de la amplia y diversa gama de la izquierda sin partido, cultural e intelectual existente en el país.

Teníamos entonces muy presente el hecho de que otras experiencias anteriores de participación electoral limitada a los partidos y grupos políticos de las izquierdas, no habían podido lograr sacarnos de la marginalidad política en ese escenario; y consideramos que no era justo repetir los mismos errores y que por el contrario había que rectificar, poniéndole fin a esa visión marcada por el interés de monopolizar la intervención político-electoral desde pequeños grupos políticos organizados, abriendo por el contrario las compuertas a nuevos actores y construyendo una gran alianza político-social.

De todas maneras -concientes de la importancia de ese modesto avance en la superación de la atomización grupal de esos componentes de las izquierdas partidistas e inclinados/as a favor de de ir formando una opción electoral alternativa a los partidos de derecha- optamos por respaldar desde fuera esa alianza, así como las candidaturas presentada por ella. Los términos precisos fueron expuestos en estor párrafos:


“La coordinación nacional del proyecto Nueva Izquierda- Círculos Caamañistas – subrayamos en un documento elaborado con ese propósito- acordó presentarle a toda nuestra membresía -a manera de consulta y procurando su enriquecimiento, revisión y corrección- las siguientes ideas sobre el proceso electoral venidero del 2010.”

“No esta entre nuestros planes participar con registro propio en esas elecciones, ni hay tiempo para lograrlo.”

“Hasta ahora hemos sido excluidos/as del proceso que dio lugar al reciente acuerdo alrededor del registro del MIUCA y la fórmula de la “alianza para el cambio”, aunque es preciso señalar que estas orientaciones fueron adoptadas antes de que se publicara la conformación de esa alianza….”

“En principio, teniendo como tarea fundamental el proceso de construcción, formación, lucha social y política que nos hemos propuesto y refiriendo nuestro accionar político inmediato y mediato al contenido del documento titulado ¡Cambiar el gobierno! (del 12 de abril del 2009), estamos en disposición -independientemente de la posibilidad o no de acuerdos tácticos de nuestra parte con otras fuerzas revolucionarias- de respaldar candidaturas de izquierda y populares; no así las alianzas con los partidos o con candidaturas de los partido de derecha.”

“El respaldo a candidaturas de izquierda y populares incluiría las de movimientos electorales independientes que no hagan alianza con las derechas, los cuales podemos estimular y respaldar…” (Circular sobre las elecciones de medio tiempo del 2010, 25 de junio 2009)


La determinación de apoyar las candidaturas de de ese sector de izquierda y de movimientos independientes –como bien se subraya en este documento aprobado sin ningún reparo en nuestros órganos de dirección- estuvo condicionada a que esas fuerzas no hicieran alianza con las corrompidas y neo-liberalizadas opciones electorales de derecha.

Esa decisión fue comunicada a todos/as los/as camaradas a nivel nacional, quedando pendiente su consideración final en el Encuentro Nacional programado para finales de noviembre del 2009.

Decisiones de otros que nos llevaron a modificar la actitud inicial

Antes de realizarse ese evento, sin embargo, se produjeron decisiones dentro de la alianza “MIUCA-Acción para el Cambio”, que nos forzaron como nueva Izquierda-Círculos Caamañistas a variar esa propuesta a nuestro Encuentro Nacional.

Una parte de los componentes de esa alianza, especialmente el polo PCT-MIUCA, el MPD y la FR, optaron y lograron que se aprobara –no sin resistencias y reservas de otros- la posibilidad de incluir candidatos de izquierda en las boletas del PRD y del PLD (principalmente del primero) a cambio de respaldar algunas candidaturas de esos partidos.

Obviamente esta cuestionable apuesta era por un lado producto de la conciencia de la debilidad electoral del conjunto y de la falta de confianza en sus posibilidades de su crecimiento en votos y, por el otro, de un empeño desmesurado por lograr a cualquier costo político pequeñas e inciertas “cuotas de poder”, que le permitieran a algunos de sus candidatos la entrada al sistema institucional y al MIUCA la renovación de la matricula o registro electoral.

Todo esto se planeó pasándole por encima al impacto negativo que provocaría una significativa y dañina incongruencia política respecto a posicionamientos anteriores; incongruencia explícita en la sorpresiva voluntad de aliarse a los por ellos mismos combatidos partidos responsables de las políticas neoliberales, de la corrupción, del entreguismo, de las conexiones con el narcotráfico y de la perversión institucional que impera en el país.


Por eso -repito- en nuestro Encuentro Nacional realizado en noviembre del 2009, nos vimos en la necesidad de reconsiderar la propuesta que contemplaba el respaldo a las candidaturas de izquierda que serían presentadas a través de la boleta del MIUCA y acordamos entonces por unanimidad una resolución, que concluyó de la siguiente manera:

La propuesta electoral del MIUCA-Alianza para el Cambio lamentablemente incluyó – y como ya señalamos está dando pasos concretos en esa dirección- la determinación de respaldar candidaturas del PRD y de sus grupos asociados, e incluso del PLD, en diferentes puntos del país.

Nosotros(as) no compartimos ese rumbo, que solo puede contribuir a sembrar confusiones y a afectar la identidad y la independencia de las izquierdas y de las fuerzas progresistas en interés de lograr pequeñas e inciertas cuotas institucionales y la eventual continuidad de la “franquicia” electoral del MIUCA a un costo político muy elevado.

Percibimos que una gran parte de los actores sociales y políticos independientes (juveniles, feministas, intelectuales medio-ambientalistas, clasistas, culturales…), los cuales podrían ser importantes componentes de una alternativa de izquierda y popular, se resisten a transitar por ese camino que evidentemente desaprovecha las nuevas potencialidades del movimiento revolucionario dominicano.

Preferimos un camino distinto, con una línea totalmente diferenciada de la partidocracia tradicional e impugnadora del sistema político vigente y de su Constitución, aun sin participar en las próximas votaciones en vista de las imposibilidades de hacerlo en otras condiciones más favorables, bajo otro formato y desde otras concepciones y lineamientos.(“Ante las elecciones del 2010” 19-11009).

El PCT retomó con argumentos inconsistentes la ruta de la alianza con las derechas

La responsabilidad inicial en ese proceso de unidad electoral con el PRD y el PLD fue asumida públicamente por Manuel Salazar, Secretario General del Partido Comunista del Trabajo y Coordinador del Pleno del MIUCA, en un lenguaje bastante cosmético y sutilmente encubridor de lo que realmente estaba proponiendo:

“Tres cuestiones –precisó Salazar- más hacia el 2010. La primera: hay que asumir que desarrollamos este trabajo en una República terrenal, y no en la Inmaculada del Olimpo. La segunda: hay que superar la peregrina creencia de que solo en la izquierda, organizada o no, hay gente seria y que quiere cosas buenas para el país. La tercera: hay que abandonar el dogmatismo, en la práctica, y no solo en las palabras, y atrevernos a pactar con candidaturas del litoral liberal‐ progresista, que existe en el país, en la sociedad en general y en todos los partidos, poniendo como condición no los principios ni el compromiso revolucionarios, sino condiciones mínimas como son el compromiso a una gestión congresual o municipal democrática avanzada, atravesada por la honestidad en el manejo de los recursos públicos; ningún vínculo con el narcotráfico ni con crímenes políticos.” (“Sobre el pobre desempeño electoral de la izquierda”.- Exposición en el Encuentro de los Auto convocados en Plaza Bolívar, 27 de junio 2009).

No conozco a aquellos/as izquierdistas capaces de sustentar que solo en las izquierdas hay gente seria y deseosas de lo mejor para el país. Eso es pura imaginación para polemizar sobre la base de falsos supuestos.

No entiendo como el principal dirigente de un partido que todavía se autoproclama stalinista puede llamar a “abandonar el dogmatismo”, identificando a éste solo con una justificada renuencia u objeción a ese tipo de alianza con el PRD y el PLD de estos tiempos.

No conozco candidatos del PRD y el PLD -que más allá de las variadas matizaciones y rasgos personales diferenciados entre ellos/as, de uno u otro gesto positivo que no tocan el fondo de las políticas y conductas de poder de esas organizaciones- hayan asumido posiciones diferentes a la de su alta dirección y enfrentado con firmeza a sus nefastos acuerdos institucionales o que hayan constituido corrientes alternativas.

No hay precedentes de dirigentes actuales de esos partidos que se hayan rebelados contra sus políticas neoliberales y contra la corrupción que arropa a sus órganos dirigentes, que hayan roto con sus procesos de derechización y degradación institucional o que se hayan enfrentado a sus gobiernos mas allá de lo concerniente a las pugnas grupales y a las ambiciones personales. Si en el pasado los hubo, tuvieron que salir de sus filas.

Los gobiernos neoliberales y corruptos de Leonel y de Hipólito han sido defendido por los dirigentes que permanecen en su seno, salvo en temas como el de la reelección de sus presidentes o cuestiones que no han implicado impugnación de sus esencias reaccionarias, anti-nacionales y anti-populares.

La Constitución privatizadora, neoliberal, conservadora, garante de la impunidad reinante -impuesta por Leonel, por Miguel, por la oligarquía y las mafias empresariales- fue aprobada por ellos/as.

La responsabilidad puntual de los jefes de esos partidos y sus respectivos gobiernos en la conformación del narco-estado vigente, no ha sido precisada ni enfrentada por ellos/as, ni siquiera por los más osados -o el más osado- en las denuncias de ciertos contubernios de funcionarios civiles y militares con los cárteles de la droga

¿Qué han dicho esos candidatos del PRD del escándalo Marbella? ¿Qué han dicho los del PLD de la estafa de la Sun Lang y otras similares? Y así de las culpas propias de sus gobiernos en comparación con las críticas a las culpas ajenas.

¿Cuál ha sido la actitud de ambos frente a las intervenciones del FMI en el país?

¿Cuál ha sido su actitud frente a las nefastas alianzas con el balaguerismo?

¿Y frente a la criminalidad policial y a los jefes policiales matones como Candelier y Guzmán Fermín, algunos de ellos incorporados como candidatos o guarda-espaldas de sus líderes?

¿Y ante las protestas populares reprimidas por sus gobiernos?

¿Cuántos legisladores y funcionarios civiles y militares delincuentes han contado con su protección o su silencio cómplice?

Nadie lo ha visto encarar con firmeza a sus colegas violadores, lavadores, contrabandistas de todo, abusadores y traficantes de chinos

¿Cuántos onerosos contratos grado a grado y cuántas concesiones de todo tipo han contado con su anuencia?

¿Cuáles han sido sus actitudes frente a los desafueros del imperio aquí, en nuestra América y en el mundo?

Por otra parte, tampoco se han dado a conocer compromisos programáticos de esos candidatos que puedan ser valorados como diferentes y contrarios a las posiciones oficiales de sus respectivos partidos, cuyas cúpulas están gustosamente sumergidas en el contaminado mar de las estafas, los engaños y la mediocridad teórica-política, entregadas en los brazos de la globalización neoliberal y, en consecuencia, aupando la privatización del patrimonio nacional y del quehacer político.

Así las cosas, esos partidos han devenido en “compañías por acciones” con dueños específicos, con neo-caudillos que se apropian de su boleta electoral; con los cuales obligatoriamente hay que pactar para establecer cualquier alianza o inclusión “puntual” en sus boletas.

Son partidos dominados por cúpulas y jefes que solo procuran utilizar las izquierdas como adorno o grupos satélites, partidos que atraviesan por sus peores momentos de derechización, corrupción y perversión política; donde las culpas de todos sus dirigentes pueden ser distintas, pero siempre serán culpas graves, aun sean solo complicidades evidentes, respaldos injustificables a sus gobiernos desastrosos, desempeños de altas funciones sin gloria alguna y silencios indignos.

Cierto que en ellos hay mucha gente buena sin poder de decisión, que en su seno hay insatisfacciones, descontentos internos, vergüenza ajena y potenciales rebeldías; pero tal situación no tiene todavía expresiones de disidencias alternativas, proclives a rupturas con sus fuerzas hegemónicas, a posturas independientes y a diferenciaciones necesarias para constituir corrientes progresistas.

El secuestro de esas organizaciones tradicionales por las cúpulas podridas todavía no ha sido resquebrajado. Eso podría producirse en el futuro, pero hoy no es una realidad tangible que permita hacer compromisos y alianzas programáticas contra lo establecido, o simplemente impulsar cambios significativos al margen de lo que le conviene a la alta partidocracia y a los nuevos “dueños” de esas entidades.

El mito de las alianzas puntuales y la necesidad de reflexionar

Las alianzas “puntuales” con esos candidatos/as perredeistas o peledeístas a favor de “ideas y cambios progresistas” eran -y son- un gran mito, tal y como lo demuestran los recientes pactos de esos dirigentes de izquierda con el PRD, en los que ni siquiera aparecen publicados los contenidos políticos diferenciadores más allá de los simples acuerdos de candidaturas.

Esos acuerdos por cargos electivos son inter-institucionales y han sido negociados con sus nuevos dueños. Tienen y tendrán el consentimiento las altas jerarquías de los partidos blancos y morados, y en verdad erosionan moral y políticamente la intervención electoral de la izquierda agrupada con esos fines, aunque no pocos de sus integrantes cuestionen esos pasos o no participen en sus circunscripciones en alianzas similares por cargos como las concertadas en las alturas.

La mala imagen afecta incluso los puntos donde los militantes de izquierdas no estén participando en la boleta del PRD o del PLD, ni respaldando candidaturas de esos dos partidos…e incluyo al PLD porque circula un fuerte rumor de que pronto se incorporarán en sus boletas de Santiago y Baní candidaturas procedentes de la alianza MIUCA-Acción para el Cambio.

Las candidaturas malas, muy malas, peores y hasta la “mejorcitas” de esos partidos tradicionales están mezcladas en todas partes.

Por eso, esa decisión motorizada por dirigentes del MIUCA-PCT, el MPD y la FR ha provocado tantos cuestionamientos y aprehensiones, cuando no fuertes rechazos.

Ese derrotero produjo su primera agresión al sentir de quienes que cuestionan la partidocracia corrompida, cuando el MIUCA y la FR pactaron con el partido de Zorrilla Ozuna, ex–general hipolitista ahora en brazos de Vargas Maldonado; mientras recientemente cobró altura de desprecio por el sentido común de la gente de avanzada, con el anuncio hecho por el propio presidente del PRD en el Aula Magna de la UASD dando a conocer las candidaturas de Palacios y María Teresa Cabrera, precisamente los dos “izquierdistas” que le habían levantado la mano al general represor de huelgas y promotor de la reelección del desastroso gobierno de Hipólito Mejía.

La idea de construir una alternativa a la partidocracia que domina al PRD y al PLD y que promueve el modelo neoliberal, pactando con ella, es un verdadero absurdo y mucha gente lo percibe como oportunismo político, como un grave error o como una repetición de más de lo mismo.

Porque eso es muy parecido a lo que hicieron en el pasado los ex-izquierdistas que han convertido a sus grupos en grupos satélites del PRD y PLD y a sus dirigentes en funcionarios de sus gobiernos, utilizando argumentos similares.

Esos pasos entrampan y desmovilizan. Los discursos que desde esas alianzas pasadas prometían combinar lo electoral con el combate político-social siempre se incumplieron y ya hay señales de que en esta ocasión también eso comienza a acontecer, especialmente al interior del Foro Social Alternativo.

Por eso la aprehensión es justa, aunque se trate de seres humanos diferentes, a los cuales procede por lo menos darle el beneficio de la duda, deseando que puedan rectificar a tiempo y que finalmente rehúsen imitar las últimas consecuencias de esos pésimos ejemplos anteriores.

Pero lo peor es que pasos como ese dañan la unidad interna de las organizaciones que lo ejecutan y afectan a todo el movimiento. Porque no es fácil para muchos/as revolucionarios/as tragarse sin chistar la decisión de ser candidato y/o de apoyar candidatos de estructuras partidistas tan maleadas, encabezadas neo-caudillos corruptores y neoliberales como Leonel Fernández y Miguel Vargas Maldonado: estructuras protectoras de innumerables políticos delincuentes (narco-políticos, diputados violadores, traficantes de todo…) y asociadas a una oligarquía voraz y a un imperialismo depredador.

Es claro que esa intervención electoral a nombre de la izquierda, persigue sobretodo apostar a colar ciertas candidaturas a través de las boletas blanca o morada, mientras las demás -presentadas en lugares donde no se han dado esas alianzas- carentes en sí mismas de posibilidades, son usadas para proclamar que en muchos sitios se está participando en forma independiente y separada de las fuerzas del sistema. Resulta ser, en fin de cuentas, una especie de endulcurante destinado a contrarrestar la amargura de las mal llamadas “alianzas puntuales”.

Deseos no faltan de apoyar esas candidaturas locales de compañeros y compañeras valiosos, pero en verdad en ese contexto, concretadas ya alianzas fundamentales con el PRD (y posiblemente con el PLD), esto equivaldría a refrendar esa penosa decisión política. La retama es más fuerte que el azúcar.

No se puede separar lo inseparable. La imagen dominante es ese cuestionable pacto político y por eso Miguel Vargas pregona por doquier que su partido ha asumido una “línea abierta, democrática, incluyente de una gran diversidad que pasa hasta por las izquierdas”.

Y es que el paso dado por esas izquierdas le sirve a esos partidos desacreditados para lavarse la cara y engatusar a la parte más ingenua e impresionable de la sociedad.

Otra vez se repite la vieja y nada fructífera historia en la que sectores de izquierda proceden favorablemente a las derechas, desechando su propio camino, dejando a un lado los esfuerzos propios necesarios para superar su marginalidad electoral en un futuro.

Otras veces, incluso en condiciones menos onerosas, hasta el propio PCT-MIUCA ha logrado -por vías parecidas y en mejores condiciones- diputaciones y regidurías que han servido para poco por las políticas y los compromisos que la han acompañado. Ni hablar del devenir de los que optaron de peor manera asociarse permanentemente o al PLD o al PRD.

Esa ruta no llega a buen destino, no sirve para construir fuerza transformadora ni alternativa al orden dominante. Ojala la reflexión necesaria ayude a los/as mejores a desechar ese despeñadero.


14-02-2010