En Baní el público disfruta la feria del mango porque es todo un colorido único, así que niños, adolescentes y adultos se dan cita a tan importante evento; al punto que la gente se interesa por las variedades y las condiciones de siembra, el tipo de suelo, la temperatura, régimen de lluvia, etc., e incluso hubo un señor que se acercó al stand del IDIAF para solicitar que visiten su propiedad porque ellos tienen un tipo de mango sin identificar, que le parece una especie en extinción y que por tanto deben hacer un trabajo para preservarla.
Con una vista así es claro que la persona no se fija en la distancia para llegar a Baní, pues esto es para verlo y disfrutarlo, no es suficiente que nos lo cuenten. Voy cada año a embarrarme de mango, comiendo sin verguenza y con gran apetito, sobre todo que me han dicho que el mango es más efectivo que los camarones en la solemnidad de la divinidad, así que a comer mangos.
Con una vista así es claro que la persona no se fija en la distancia para llegar a Baní, pues esto es para verlo y disfrutarlo, no es suficiente que nos lo cuenten. Voy cada año a embarrarme de mango, comiendo sin verguenza y con gran apetito, sobre todo que me han dicho que el mango es más efectivo que los camarones en la solemnidad de la divinidad, así que a comer mangos.
Una vista del grupo de amigos que departieron en la finca de Johnny Báez, después del recorrido por la feria, pues según el Dr. Leo Peña la feria era para mirar y aprender, pero para comer mangos, la finca de Johnny, quien figura a la izquierda de la foto, muy feliz de habernos tenido en sus predios, donde nos brindó una esmerada atención y donde tenemos una invitación abierta.
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